A las 7.30 de la mañana de
un domingo, se ven cosas curiosas por la Calle Santiago. Para muchos está
terminando la noche y se apuran los ultimos botellines mientras se refuerza el
estomago con una ración de callos o codornices en la torre. Siempre hay alguna
oveja descarriada levantando la voz, o algún coche arrancando
fulgurantemente...
Lo que es más raro es encontrarse con algún sujeto con bolsa deportiva al hombro, pero de vez en cuando, esto ocurre. El ultimo domingo fue uno de esos extraños días, ya que dos miembros todotorreznos iniciaban el día del señor en ruta hacia la capital vasca: vitoria-gasteiz.
Ambos todotorreznos
comparten nombre, y curiosamente sus sobrenombres guardan similitud, pero hay
una clara diferenciación en sus mejores marcas deportivas.
Para Sergio-Chaba, es su
segunda presencia en la media maratón de Vitoria. Para Sergio-Chi, es su
eusko-bautismo.
El camino se hace ameno.
Apenas hay tráfico y las temperaturas que marca el automóvil hacen presagiar un
buen domingo a la vista. Además, según vamos avanzando por el camino, aparecen
más claros en el cielo. Al llegar a nuestro destino, aparcamos sin dificultad,
aún queda casi una hora para el comienzo de la prueba y hemos sido de los más
madrugadores.
Damos un paseo por las
instalaciones anexas a la prueba: el frontón y las piscinas. Todo muy limpio y
con buen aspecto. Recojemos nuestros dorsales y aquí ya tenemos un detalle de
la capacidad organizativa de esta gente: en una de las esquinitas del dorsal
vienen cuatro imperdibles enganchados. Habrá a quien le parezca una tontería,
pero a mi me pareció de lo más curioso... Además el dorsal tiene ya el chip
incorporado, lo que implica evitarse ataduras en los cordones o tener que
devolverlo al acabar la carrera...
Disponemos de una taquilla
para dejar nuestras pertenencias y nos ponemos el traje de faena para empezar a
calentar músculo. Lo hacemos en una pista de atletismo enteramente a nuestra
disposición.
Damos tres vueltas en modo
“trote cochinero” sin cruzarnos con nadie en nuestros giros. Miento; un
representante de la fauna autóctona, ya en avanzada edad, y con evidentes
síntomas de embriaguez, nos deleita con una serie de canciones ininteligibles,
y no porque cantara en euskera, no... cantaba en castellano aunque con poco
esfuerzo en vocalizar.
Volvemos a la zona de las
piscinas, donde se sitúan nuestros vestuarios. El nivel de actividad ha
aumentado notoriamente. Nos llegan los tipicos olores en este tipo de recintos
y momentos: reflex, efluvios consecuencia de las ultimas evacuaciones
corporales en el baño, etc...
Y ahora ya si que si, nos
incorporamos a la muchedumbre en las inmediaciones de la salida, ya ataviados
con nuestra vestimenta todotorreznil. Ahora ya si que se respira la exticación
habitual previa a la carrera. Muchos grupitos, muchos peinados “borroka”, mucha
camiseta reivindicativa, aunque ninguna tan elegante como la nuestra.
Un inciso: nos hemos dado
cuenta de que como realmente se diferencia a la gente durante una carrera, es
por la espalda. A nuestras camisetas creo que les falta alguna mencion por la
parte trasera...
Y tras tomar sitio, y
rodeados de corredores, aunque sin apreturas, dan la salida. Sergio-Chaba en
seguida se pierde entre la masa, mientras yo me dejo llevar. Está claro que mi
metabolismo es diesel y tarda unos kilómetros en alcanzar su rendimiento
optimo. A la altura del km 3 la carrera vuelve sobre si misma en una gran
avenida y los dos todotorreznos se saludan alegremente con la mano. No volverán
a verse hasta el final de la carrera...
El recorrido es muy
asequible. Es cierto que es asfalto en su totalidad, con todo lo que eso
implica, pero apenas si hay desnivel, salvo un repecho de unos 3 kilometros a
mitad de carrera. Coincide con una parte de la ciudad poco vistosa y muy
exterior, y el viento nos castiga durante unos 20 minutos que se hacen duros,
pero exceptuando esta circunstancia, es una carrera bastante llevadera.
Eso si, los ultimos
kilómetros se tienen que hacer duros siempre, pero la animación de la gente te
lleva en volandas a la linea de meta. Muy satisfecho, veo en el tiempo de la
llegada que he mejorado mi marca personal. Y eso que aún no es tiempo oficial,
seguro que aún gano unos 10-15 segundos. La organización nos enfila
inmediatamente a la zona del frontón cubierto, donde recibimos la bolsita con
los obsequios habituales: la bebida isotónica, unos frutos secos, etc...
Me pierdo durante unos
momentos por las enormes instalaciones y por fin llego a la zona de mi taquilla
donde me encuentro con un ya duchado y casi cambiado Sergio-Chaba que me
comunica que tambien ha batido sus tiempos. Me muestra un SMS recibido en su
telefono movil por parte de la organización comunicándole su tiempo oficial asi
como su puesto en la clasificación ¡Que eficiencia!
Me ducho, con agua aún algo
caliente (esto es muy de agradecer) y me cambio. Al poco de salir del recinto,
yo tambien recibo mi correspondiente SMS. Dejamos las cosas en el
Auto-Chaba-Movil y nos disponemos a caminar tranquilamente hasta el centro de
la ciudad, donde hemos quedado con un amigo mio de Aranda y su mujer. Caen un
par de rondas de zuritos y comemos en un restaurante de la plaza de la Cruz
Blanca.
Por ahí no se estila el
Torrezno, pero los productos vacunos no desmerecen en absoluto y decidimos
reponer fuerzas con una chuleta de lo más apetitosa...
Tras un café en un parque
publico, volvemos al vehículo y casi 12 horas después de haber salido de la
villa que alegra Castilla, volvemos a nuestro punto de partida
Enhorabuena campeones... Chaba, hay que cortar ese pelo de otra forma, seguro que te resta tiempo en carrera.
ResponderEliminar